El primer hito de nuestro viaje tántrico es probablemente el más desafiante: atreverte a mirar dentro de ti mismo sin filtros ni excusas. Como quien abre ese armario que lleva meses evitando porque todo se caerá encima… ¡pero versión emocional!

Durante esta etapa, aprenderás a sentarte contigo mismo/a sin salir corriendo (literalmente, las puertas estarán vigiladas).

Prepárate para reír, quizás llorar, y definitivamente para preguntarte por qué no hiciste esto antes de acumular tantas capas de «todo está perfectamente bien» cuando claramente… bueno, ya sabes cómo acaba esta frase.

¿Recuerdas cuando culpabas a tu pareja por dejar la tapa del inodoro levantada y eso, misteriosamente, arruinaba todo tu día? ¡Bienvenido al segundo hito tántrico, donde descubrirás que el 99% de tus dramas tienen un protagonista sorpresa: TÚ!

En este fascinante capítulo de nuestro retiro, aprenderás el arte ancestral de no convertir a tu pareja en el villano de tu película personal. Sí, esa técnica milenaria de darte cuenta que cuando te enfadas porque «nunca te escucha», quizás sea porque estás hablándole mientras ve el partido decisivo o porque tus indirectas son tan sutiles que ni un detective las captaría.

En esta etapa mágica del retiro, aprenderás el antiquísimo arte de quitarte la armadura emocional que has construido con tanto esmero desde la adolescencia. Sí, esa que incluye frases como «no es para tanto», «estoy bien» y el clásico «no, no estoy llorando, es alergia al polen» (en pleno diciembre).

Prepárate para ese incómodo momento en que descubres que mostrarte vulnerable no te mata instantáneamente como siempre temiste. De hecho, es posible que tu pareja hasta lo agradezca, después de años intentando adivinar qué pasa por tu cabeza como si fuera un concursante frustrado de «¿Quién quiere ser millonario?».

¡Bienvenidos al cuarto hito, donde finalmente admitimos que nuestra idea de intimidad ha sido ver Netflix juntos en pijama mientras cada uno mira su propio teléfono! Es hora de elevarnos a nuevas alturas… ¡o al menos mirar a tu pareja a los ojos por más de tres segundos sin sentir la urgencia de revisar tus notificaciones!

Al final de este hito, descubrirás que la verdadera intimidad es mucho menos aterradora y mucho más gratificante de lo que pensabas. Y quién sabe, tal vez esa persona con la que llevas años compartiendo casa resulte ser mucho más interesante que tu feed de Instagram. ¡Sorpresa!

¡Llegamos al quinto hito, donde descubrirás que tu concepto de sexualidad ha quedado más anticuado que los pantalones de campana! Es hora de renovar ese software interno que lleva sin actualizarse desde que viste aquella película en VHS a escondidas.

Al final de este hito, tu diccionario sexual tendrá nuevas definiciones y tu pareja te mirará con esa cara de «¿dónde has estado toda mi vida?», a pesar de llevar diez años durmiendo a tu lado. ¡El poder transformador del tantra en acción!