Algo pasó en el lecho de mi alcoba la otra mañana de modo que una vez más la vida nos ha puesto a Sunie y a mi haprofundizar y he descubierto algunas cosas importantes.
El hecho desencadenante y que ha sido muy habitual en nosotros es que el quiera hacer el amor y yo no.
A priori podríamos decir que esta diferencia de ritmos en lo sexual nos trae muchas dificultades.
Pero yo me niego a asumir que tenemos un problema con el sexo, ni siquiera que el problema sea el diferente ritmo en el deseo sexual.
No, yo no tengo problemas de sexo y tampoco tengo un ritmo inadecuado.
Tampoco él tiene un problema de sexo ni un ritmo inadecuado.
Pero por mucho tiempo así lo hemos pensado.
Hemos pensado que nuestros diferentes ritmos nos traían serios conflictos y hemos descubierto que esta creencia es falsa.
Conflictos tenemos, eso es evidente, pero no por tener un ritmo diferente.
Hemos descubierto que la verdadera fuente de nuestros conflictos no es la diferencia en nuestros ritmos sexuales, sino algo más profundo:
Los programas inconscientes que nos rigen
y que emergen con fuerza en el ámbito de la sexualidad.
Esos patrones no resueltos se activan a través de nuestras interacciones íntimas, moldeando nuestras respuestas, creencias y emociones.
Y es aquí donde el celibato consciente se presenta como una herramienta poderosa para sanar y trascender esos programas.
Más allá de la abstinencia, esta práctica nos invita a crear un espacio de reflexión y consciencia, a redescubrirnos desde otra perspectiva, cultivando la conexión y el amor desde un lugar más profundo y sanador.
Pero vayamos por partes.
Por supuesto que si.
La hipótesis que hemos barajado después de ver, sentir, llorar y hablar de lo que nos pasa es:
LAS PERSONAS SE ATRAEN EN BASE A SUS CUESTIONES SIN RESOLVER.
NUESTROS PROGRAMAS INSCONSCIENTES DE LA INFANCIA ATRAEN A SUS COMPLEMENTARIOS COMO OPORTUNIDAD PARA SANAR.
Osea, que creemos que nos enamoramos loca y apasionadamente de alguien, porque nos gusta su cuerpo o su forma de ser, porque sus sistemas de referencia en la vida son parecidos a los nuestros o por vete tu a saber, y lo siento, pero lo que nos hace quedarnos al lado de una persona no es nada de eso, sino esos programas inconscientes de niño/a interno herido que buscan su complementario para poder salir a la luz a través del espejo íntimo y profundo que es nuestra pareja.
¿De qué nos dimos cuenta nosotros esa mañana?
SU PROGRAMA:
MI PROGRAMA:
¿Puedes ver cuan complementarias son nuestras heridas?
En muchas ocasiones y durante muchos años hice el amor sin querer hacerlo. No tenía conflictos aparentes pero si muchos internos. Es una experiencia dura, de falta de amor a mi misma.
Pero desde hace ya algunos años que decidí dejar de hacerme tanto daño y decir no si es así como lo sentía.
Y es en ese momento que decido amarme y respetarme que aparece LA PARADOJA.
Cuando tomo la decisión de amarme y respetarme salen a la luz los programas más profundos y dolorosos de cada uno.
Hemos llorado, nos hemos mostrado vulnerables, hemos resentido… y nos ha quedado claro que:
Hoy podemos afirmar que cuando vivo en coherencia con mi pareja (es decir, siento, pienso y actuó en consecuencia) puedo hacer una de estas 3 cosas:
Ese “algo” que nosotros hemos decidido explorar, y de lo que hoy vengo a hablarte aquí, es el Celibato Consciente.
El celibato consciente es una práctica en la que se elige, de manera deliberada y con plena consciencia, abstenerse temporalmente de las relaciones sexuales dentro de una relación de pareja.
A diferencia de la abstinencia forzada o el celibato religioso, esta elección no se basa en la renuncia permanente ni en la represión del deseo sexual, sino en la intención de explorar otros niveles de conexión y sanar patrones emocionales o psicológicos que emergen en el ámbito sexual.
En una relación de pareja, la sexualidad suele ser el canal a través del cual se manifiestan, con mayor intensidad, los programas inconscientes que hemos heredado o adoptado a lo largo de la vida. Te he hablado de ello en primera persona en el comienzo de este artículo.
Estos programas incluyen creencias, miedos y expectativas sobre la intimidad, el deseo, y el rol que el sexo debe tener en una relación.
Cuando estos patrones no se identifican o sanan, pueden generar conflictos, frustraciones y malentendidos que minan la conexión entre los miembros de la pareja.
El celibato consciente permite a las parejas crear un espacio para reflexionar, sanar y transformar esos patrones.
Al detener la actividad sexual por un tiempo, se libera la energía normalmente canalizada hacia el sexo, redirigiéndola hacia la introspección, la comunicación profunda y el crecimiento personal y mutuo.
Como te he contado en la introducción, el celibato consciente es una práctica intencional en la que una persona o pareja elige, de forma deliberada y con plena consciencia, abstenerse de la actividad sexual durante un período de tiempo.
Se trata de una decisión que busca explorar la relación con la energía sexual desde un lugar de transformación y crecimiento, tanto personal como relacional.
El celibato consciente no rechaza la sexualidad ni la reprime; más bien, la contempla desde una perspectiva más amplia, entendiendo que la energía sexual es una fuerza vital poderosa que puede ser utilizada para el desarrollo personal y la profundización de la conexión con uno mismo y con la pareja.
La consciencia y la intención son los pilares del celibato consciente.
No se trata de evitar el sexo por obligación o culpa, sino de cultivar una mayor conexión con uno mismo y con la pareja a través de una pausa reflexiva.
A menudo, esta práctica lleva a un redescubrimiento del placer y la intimidad desde un lugar más consciente y auténtico, ya que al sanar los patrones que detonan conflictos, la pareja puede reanudar su vida sexual desde un lugar más equilibrado y amoroso.
A continuación, te presento algunas de las principales motivaciones para que una pareja elija adoptar esta práctica:
El ritmo de la vida cotidiana, las responsabilidades, e incluso la rutina sexual pueden hacer que las parejas pierdan, con el tiempo, esa conexión emocional y espiritual que es el núcleo de una relación profunda.
A través del celibato consciente, las parejas crean un espacio libre de las expectativas y presiones relacionadas con el sexo, permitiéndoles enfocarse en otros aspectos esenciales de su relación.
La práctica abre la puerta para explorar cómo se sienten verdaderamente el uno respecto al otro, fuera del contexto sexual, y permite que la energía de la relación fluya hacia el fortalecimiento de la confianza y la comprensión mutua.
La energía sexual es una de las fuerzas más potentes que posee el ser humano.
En lugar de ser usada solo para el placer o la procreación, en el celibato consciente esta energía se redirige y se utiliza para el desarrollo personal y la transformación interna.
A medida que cada persona aprende a manejar y cultivar su energía sexual internamente, ambos crecen individualmente, lo que fortalece la relación y enriquece las futuras experiencias sexuales desde un lugar de mayor equilibrio y consciencia.
En muchas relaciones, la intimidad sexual puede convertirse en un refugio para evitar confrontar ciertos problemas emocionales o dinámicas tóxicas.
A veces, las parejas utilizan el sexo como una manera de resolver conflictos temporales sin abordar los verdaderos problemas subyacentes.
El celibato consciente ofrece la oportunidad de poner en pausa la actividad sexual para observar con más claridad esas dinámicas que necesitan atención.
Esto genera una base más sólida en la relación, permitiendo que la intimidad sexual, cuando se retome, se disfrute desde un lugar mucho más sano.
El celibato consciente también abre la puerta para que las parejas exploren nuevas formas de intimidad que no dependen del acto sexual.
La intimidad emocional, espiritual y psicológica puede ser igual o má
s poderosa que la física, y al dejar de lado el sexo por un tiempo, se crea un espacio para descubrir estos aspectos de la relación.
Esto puede incluir prácticas como la meditación en pareja, ejercicios de respiración conjunta, caricias sin la expectativa de sexo, conversaciones profundas o momentos de conexión silenciosa.
Al aprender a sentirse íntimos sin necesidad de sexo, las parejas pueden descubrir formas muy satisfactorias de estar presentes el uno para el otro, lo que refuerza el vínculo y trae un nuevo nivel de profundidad a su relación.
Vamos con la madre del cordero.
¿Cómo hacemos esto en pareja?
¿Qué pasos damos si nos hemos decidido a explorar esta vía por un tiempo?
Practicar el celibato consciente en pareja requiere un compromiso mutuo y una serie de pasos clave para que la experiencia sea transformadora, respetuosa y sanadora.
Aquí te presento una guía sobre cómo llevar a cabo esta práctica con éxito:
El primer paso esencial para practicar el celibato consciente es establecer una comunicación abierta y sincera con tu pareja.
Ambos debéis estar completamente alineados en cuanto a los motivos para realizar esta práctica, vuestras expectativas y los límites que queréis establecer.
Es importante discutir de manera honesta sobre las necesidades individuales y las posibles emociones que puedan surgir, como la frustración o el miedo a la desconexión.
La práctica del celibato consciente no debe verse como una imposición o un sacrificio, sino como una oportunidad para el crecimiento.
Acordar cuánto tiempo durará la abstinencia, qué tipo de contacto físico es aceptable y qué otras formas de conexión deseáis explorar es clave para crear una base sólida y evitar malentendidos.
Establecer límites claros os ayuda a crear un espacio seguro donde ambos os sintáis respetados, y una revisión periódica de cómo va el proceso permitirá ajustar las expectativas según las necesidades que vayan surgiendo.
Durante el celibato consciente, os debéis centrar en formas alternativas de conexión emocional y espiritual que no estén ligadas al sexo.
Esto puede incluir una serie de prácticas que refuercen el vínculo íntimo:
Estas prácticas os permiten sentiros conectados y unidos, al tiempo que redirigís la energía sexual hacia formas más sutiles y profundas de intimidad.
El celibato consciente no se trata solo de abstenerse del sexo, sino de crear un espacio sagrado para el autoconocimiento y la reflexión tanto individual como compartida.
Establecer momentos específicos para dedicar al crecimiento personal y de la relación es crucial.
Esto puede incluir tener conversaciones profundas sobre los programas inconscientes que han surgido en la relación, revisar las emociones que afloran en el proceso, y cómo se pueden abordar para sanar heridas pasadas.
Crear un “espacio sagrado” en casa para estas conversaciones, o dedicar momentos para reflexionar y compartir en un entorno neutral como la naturaleza, puede facilitar la apertura y la sanación.
Además, cada persona puede aprovechar este tiempo para trabajar en su propio crecimiento interior, ya sea a través de la meditación individual, el journaling, o la terapia.
Cuanto más rica sea la exploración interna, mayor será el beneficio que ambos experimenten como pareja.
El celibato consciente es una experiencia que, aunque enriquecedora, puede ser emocionalmente desafiante.
Durante este proceso, es normal que surjan frustraciones, malentendidos o inseguridades. Por eso, el apoyo mutuo es esencial para mantener la armonía y el equilibrio emocional.
La empatía y la paciencia son claves.
Debéis estar dispuestos a escuchar al otro sin juicio, y a reconocer que es posible que las emociones cambien con el tiempo.
Es fundamental validar los sentimientos de la pareja y ofrecer apoyo, tanto si uno se siente frustrado como si se siente más conectado.
En los momentos de dificultad, regresar a las razones originales por las que decidieron practicar el celibato consciente puede ayudar a mantener el enfoque en los beneficios a largo plazo y evitar que caigáis en la tentación de abandonar la práctica antes de tiempo.
El celibato consciente no es un proceso lineal; puede haber altibajos. Lo importante es mantener el compromiso y apoyarse mutuamente en el camino, reconociendo que esta experiencia puede fortalecer la relación desde un lugar más profundo.
Reconocer estas dificultades y aprender a enfrentarlas es clave para que la práctica sea enriquecedora en lugar de frustrante.
A continuación, te detallo algunos de los desafíos más comunes y cómo abordarlos de manera saludables.
El celibato consciente puede detonar una serie de emociones y respuestas físicas que pueden resultar incómodas o desafiantes.
A nivel emocional, pueden surgir inseguridades, miedos, frustraciones, y una sensación de rechazo o desconexión, especialmente si uno de los miembros de la pareja siente un mayor deseo sexual que el otro.
También es posible que, al abstenerse del sexo, surjan antiguos traumas relacionados con la sexualidad o patrones inconscientes que antes estaban reprimidos.
A nivel físico, es común que aparezcan sensaciones de incomodidad debido a la supresión temporal del deseo sexual.
Para algunos, la abstinencia puede resultar en un aumento del deseo sexual, lo que lleva a pensamientos obsesivos sobre el sexo o ansiedad por el tiempo que queda antes de retomar la actividad sexual.
Cómo abordarlo: Es fundamental que ambos estéis preparados para enfrentar las emociones difíciles que puedan surgir.
La práctica de la autocompasión, tanto a nivel individual como de pareja, es clave para mantener la estabilidad emocional. Si surgen miedos o inseguridades, es importante discutirlos abiertamente para que no se conviertan en barreras en la relación.
El cuidado del cuerpo también es esencial.
La práctica regular de ejercicio físico, como el yoga o la danza, puede ayudar a liberar la tensión acumulada y canalizar la energía sexual hacia el bienestar general.
Además, es recomendable crear momentos de autocuidado, como baños relajantes, masajes y técnicas de relajación para equilibrar la energía del cuerpo y la mente.
Uno de los mayores desafíos del celibato consciente es cómo manejar el deseo sexual sin caer en la frustración o la represión emocional.
El deseo sexual es una energía poderosa, y reprimirlo completamente puede generar tensiones internas.
Sin embargo, el celibato consciente no se trata de reprimir el deseo, sino de redirigirlo hacia otros aspectos de la vida y aprender a gestionarlo de forma consciente.
Cómo abordarlo: Una forma de afrontar el deseo sexual es a través de la sublimación, una técnica que implica transformar la energía sexual en creatividad, meditación o crecimiento personal.
La respiración consciente, las prácticas tántricas y el yoga son herramientas poderosas para canalizar esta energía de manera saludable.
Además, es importante reconocer y aceptar el deseo sexual cuando surge, en lugar de intentar suprimirlo.
En lugar de ver el deseo como algo negativo o problemático, se puede contemplar como una oportunidad para profundizar en la autoconciencia.
¿Qué desencadena el deseo?
¿Qué emociones lo acompañan?
Este proceso de observación ayuda a reducir la ansiedad y la tensión, mientras que fomenta una relación más consciente y equilibrada con el propio cuerpo.
La autoexploración sin objetivos sexuales, como las caricias suaves, el contacto sin expectativas, o los masajes, también puede ser una forma de mantener la intimidad física y emocional sin romper los límites del celibato.
A veces, la práctica del celibato consciente puede hacer que uno de los miembros de la pareja se sienta rechazado, no deseado o desconectado. Si estos sentimientos no se discuten abiertamente, pueden erosionar la confianza y la conexión emocional entre ambos.
Cómo abordarlo: Mantener el apoyo mutuo significa que ambos miembros de la pareja deben estar comprometidos en brindar empatía, comprensión y validación emocional al otro. Escuchar activamente, sin juzgar, y estar disponibles emocionalmente para la pareja es esencial para evitar que los desafíos se conviertan en barreras.
La honestidad es igualmente importante: si uno de los dos está experimentando dificultades, es mejor expresarlo de inmediato en lugar de guardarlo, lo que puede agravar el problema.
Revisar de manera periódica cómo va la práctica, si es necesario hacer ajustes en la duración o los límites, y compartir los sentimientos que emergen puede ayudar a evitar malentendidos y mantener la conexión.
Además, es importante recordar que el celibato consciente no debe ser una carga para ninguno de los dos.
Si en algún momento el proceso se vuelve demasiado desafiante o no está teniendo los efectos deseados, la pareja puede reevaluar si es necesario modificar la práctica o tomar pausas.
Es crucial recordar que el celibato consciente no es para todos en todo momento, pero puede ser una práctica altamente efectiva en momentos específicos de la vida de una pareja, cuando ambos buscan reconectarse más allá del aspecto físico o cuando desean sanar dinámicas profundas que necesitan atención.
Si abordáis a este camino con apertura y comunicación, lpodéis experimentar una transformación integral que impacta no solo la vida sexual, sino también vuestro crecimiento espiritual y emocional.
Si tú y tu pareja estáis interesados en explorar herramientas que os permitan transitar por el celibato consciente y otras formas de crecimiento mutuo, os invitamos a considerar nuestra formación Conciencia Tántrica.
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