La pornografía, cada vez más accesible en nuestra sociedad hiperconectada, puede parecer una vía fácil hacia la excitación, pero sus efectos van mucho más allá de lo que se ve en pantalla.
Este artículo explora cómo el consumo de pornografía puede afectar negativamente nuestra percepción de la intimidad, distorsionar las expectativas en las relaciones y desconectarnos de nuestras propias emociones y deseos reales.
Más allá de la crítica, te invitamos a reflexionar sobre cómo recuperar una conexión auténtica y profunda contigo mismo y con tu pareja, alejándote de lo superficial para abrazar lo genuino.
La pornografía, que en la actualidad está presente en todas partes, provoca, según parece, que al cerebro masculino se le crucen los cables.
Hay un capítulo entero en el libro Vagina de Naomi Wolf dedicado a hablar de la pornografía. Y dice que la pornografía afecta a los hombres neurológicamente y lo hace en su detrimento…
y a nosotras nos termina salpicando, claro.
Existen pruebas de que la pornografía habitúa a muchos hombres a aburrirse con los múltiples gestos y caricias que el sistema nervioso autónomo de la mujer necesita y a saltarse lo que siempre se ha llamado «los preliminares».
Una pregunta indiscreta ¿cuánto duran los preliminares en tu relación sexual? ¿es tiempo suficiente para que te excites? (datos extraídos del cuestionario que os pasé hace unos meses)
El sexo «normal» deja de resultar lo suficientemente estimulante para muchos hombres que son usuarios asiduos de pornografía.
Lo que explica, según los estudios realizados por la autora, la tendencia a un sexo demasiado rápido para cubrir las necesidades biológicas de las mujeres o la tendencia a la penetración anal, a veces demasiado violenta, que degrada la imagen de la vagina a un simple agujero y por tanto no satisface las necesidades sexuales ni emocionales de las mujeres.
Lo omnipresencia y la facilidad de acceso a la pornografía contemporánea, alejada de las caricias y estímulos que excitan a las mujeres ha incrementado en la última década, dato que coincide con que la satisfacción sexual de la mujer y su sinceridad acerca de sus necesidades sexuales, han disminuido.
Resumiendo: a más porno ven nuestras parejas, más mentimos nosotras en la cama.
¿Será para parecernos a las mujeres del porno?
Hace meses ya que pasé una encuentra entre todas vosotras, las que quisísteis participar.
Y te quiero compartir algunos datos realmente sorprendentes que he podido extraer de vuestras respuestas.
¿Cuánto duran tus preliminares?
Después de leer las estadísticas nortamericanas que presenta el libro (Vagina) pensé:
Esto es exagerado. Son datos de la población norteamericana. Seguro que aquí no es para tanto.
Y pasé una encuesta al respecto a la que han contestado más de 300 personas. Aunque soy consciente de que no es una cantidad significativa, a nosotras nos va a servir para reflexionar.
¿Qué nos ha pasado chicas?
Mentimos, fingimos y estamos insatisfechas sexualmente.
Un estudio detecta un tanto por ciento tan alto de insatisfacción que si esto le pasara a los hombres sería catalogado de epidemia grave a la que habría que ponerle remedio. Y sin embargo, como es algo que ocurre a las mujeres, aquí andamos, aguantando, mintiendo, fingiendo que nos gusta…
La mujer está perpetuamente disponible para el amor cuando la educación, las convenciones o los sinsabores no la han estropeado. Pero yo sé que tú no estás siempre disponible ¡ni mucho menos! no tu ni yo… así que debemos llevar a cuestas algunos sinsabores.
Biológicamente, es la mujer es la única hembra que puede hacer el amor tanto tiempo como lo desee y tener varios orgasmos seguidos. Cada orgasmo conlleva unas contracciones más largas y numerosas que las del hombre y ella no conoce el aflojamiento de sus órganos genitales, al contrario que el hombre.
Esas posibilidades eróticas no tienen nada que ver con la reproducción y sí con la espiritualización del ser. La mujer tiene un contacto privilegiado con el plano de Eros y es la iniciadora del hombre en este reino. Abre la puerta a una comunión y un éxtasis de dos.
Sin embargo estás lejos de sentirte iniciadora de nada en el plano sexual. No sientes la espiritualidad esa que tanto hablan en el tantra y no solo eso sino que en lugar de dejarlo claro, aguantas la metralla que tu maromo te quiera soltar o experimentar contigo en aras de un amor que yo he dejado de entender, la verdad.
Hace algunos años que deje de permitir esa descarga dentro de mí y empecé a respetar con absoluta veneración mis entrañas, mi útero, mi vagina, mi vulva… y algo importante ha cambiado en mi. Me siento fuerte, poderosa, con más capacidad de decidir… me gusta llevar las riendas y no sólo se traduce en la cama.
Venga a por los datos:
Lo más sorprendente, si es que esto fuese poco, es que casi todos estos hombres que ven pornografía luego quieren practicar lo que han visto con sus mujeres
¡¡el 60% de ese 65%!!
Ya me contarás qué significado espiritual tiene la vagina para ti o para él… ¡un mero agujero de desahogo!
No creo que sea casualidad que el 50% de las mujeres que han contestado a la encuesta se sientan infelices sexualmente y tengan una falta acentuada de deseo.
En serio, que pienso que estas cifras son alarmantes y que desde ahora mismo deberíamos tomar cartas en el asunto y coger las riendas de nuestra vida sexual que tan íntimamente está relacionada con nuestra vitalidad y alegría de vivir.
No estás enferma. Las cosas pueden cambiar si tu así lo quieres y ocupas tu lugar en tu pareja. Tú eres La sacerdotisa, tú eres la Iniciadora… conoce tu poder y pon las reglas del juego ¡ya!
Y la pornografía no solo afecta a las mujeres, también tiene efectos secundarios para ellos:
Te diré sin pelos en la lengua que la pornografía es violencia sexual y abuso de poder hacia las mujeres, claro.
Que me asquea.
Y que te lo tienes que mirar si MIRAS pornografía creyendo que es un aspecto de la sexualidad y no ves la violencia y el abuso que se ejerce contra las mujeres.
La pornografía no va de sexo. La pornografía va de excitarse con la sumisión de la mujer.
Y ahora te voy a invitar a profundizar en esto con el libro de Mónica Alario titulado «Política sexual de la pornografía: Sexo, desigualdad, violencia».
Si eres hombre, puede que después de leerlo, cambie tu opinión y dejes de verla y de practicarla. Puede que te des cuenta de que no te excita el sexo en las pelis sino el poder someter a las mujeres y con suerte te pondrás manos a la obra para curarte.
Si eres mujer te aseguro que te asqueará para siempre y resetearás tu cerebro para abrazar tu placer de una forma más digna y humana…. ya ni siquiera te hablo de espiritual.
Hoy me alegra infinito dedicarme a facilitar espacios de tantra donde entendemos la sexualidad como iguales.
¿Y qué necesitamos las mujeres?
Hay todo un trabajo profundo que hacer con nuestras relaciones y desde luego con nuestra sexualidad.
Quédate en nuestra escuela si estás sintiendo el llamado de evolucionar a una relación más consciente, elevada y tántrica.
Dice Miyo: Permanece dentro de la mujer al menos por 30 minutos quieto, mirándola a los ojos y descubre lo que pasa. El sexo pasa de los genitales al corazón si o si y algo comienza a cambiar.
Otros hablan de los 9 puntos lunares que hay que estimular en la mujer para que su aura se expanda y pueda abarcar al hombre para que este abra también su corazón y alcance un éxtasis que jamás ha conocido.
Vamos que no será por cositas para hacer que no sean porno y poder subir el sexo al corazón.
Ahhh!! Y si quieres escuchar el podcast que grabamos Sunie y yo sobre este tema y dejarnos en comentarios tu opinión, será fantántico.
¡Manos a la obra!
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